Songwriter, singer, & musician following in the Americana / roots music tradition living in Los Angeles, California. GIVING AWAY HIS RECORD FOR FREE AT http://BRETTDETAR.COM

martes, 12 de febrero de 2008

Iniciarse en astronomía

Fernando Perez-Vigo (c) 2008Imagen con copyright. Todos los derechos reservados Fernando Pérez-Vigo (c) 2008

Todos recordamos esas vacaciones en la playa o en el pueblo de nuestros padres y descubrir que el cielo nocturno de las ciudades poco o nada tiene que ver con lo que realmente podemos observar en el firmamento cuando los cielos son oscuros.

Primero despiertan nuestra curiosidad los documentales, las películas, libros y revistas de divulgación al tiempo que levantamos la vista al cielo nocturno. Tratar de reconocer las distintas constelaciones que tan familiares parecen en el planisferio es el primer reto.
Sin duda es una satisfacción comenzar a "orientarse" en el cielo. En esta fase, alguno ya cuenta con unos prismáticos e inevitablemente se dirigirá hacia la Luna: Cráteres, mares, el terminador lunar... luego, Venus, el anaranjado Marte, Sirius, el fascinante espectáculo de Las Pléyades llaman su atención, y aunque con unos simples prismáticos no haya mucho que ver, a buen seguro que sentirá el mismo escalofrío al contemplarlos que sentimos el resto de nosotros.

Casi todo aficionado a la astronomía pasa por una curva de aprendizaje similar.
En ese momento las maravillas de la Vía Láctea desfilarán ante el objetivo de nuestros prismáticos. Y cuando regresamos a la ciudad, nuestra curiosidad será alimentada con más libros, revistas, programas de astronomía y páginas en Internet.

Llega un momento que nuestra curiosidad nos pide más. Es el punto de inflexión en el cual nos comienza a rondar la idea de comprar un telescopio. Los avances tecnológicos en astrofotografía y muy especialmente la divulgación instantánea de los descubrimientos del Hubble y de las nuevas sondas alimentan esa curiosidad. Nos gustaría ver esos lugares por nosotros mismos.

Llegados a este punto, sin entrar en polémicas sobre marcas o modelos de telescopios, hay que hacerse una serie de preguntas:

¿Me interesa realmente la astronomía?
¿Se trata sólo de un pasatiempo ocasional?
¿Telescopio o prismáticos?
¿Vivo en un medio urbano o en uno rural?
¿Dispongo de presupuesto adecuado a mis aspiraciones?

Lógicamente, estas preguntas están interrelacionadas. Como comentamos antes, a causa de la contaminación lumínica es prácticamente imposible hacer observaciones de cielo profundo desde el centro de una ciudad. Asimismo debemos estar acostumbrados a realizar observación visual, ya que con nuestros ojos jamás conseguiremos "ver" lo que se ve con el Hubble. Casi todo lo que verán nuestros ojos a través de un telescopio será en blanco y negro.
El motivo es simple. Una pura adaptación genética para la supervivencia hace que nuestros ojos tengan dos receptores en la retina. Los conos, que registran los colores, y los bastoncillos, que son fotosensibles y adaptan nuestra visión a la oscuridad. La luz que nos llega de una galaxia a miles de años luz es demasiado débil. Todos recordamos el dicho: de noche todos los gatos son pardos... y es así, efectivamente. A este aspecto de la observación hay que sumarle las turbulencias en la imagen debidas a la atmósfera, y por supuesto estaremos siempre pendientes de las nubes, humedad, etc etc
Las personas que compran un telescopio para "ver el espacio" normalmente sienten una frustración inmediata y fulminante. Descubrir con amargura que con el caro y enorme telescopio que le han colocado no se ve Júpiter tan bien como en las imágenes enviadas por la nave Galileo, y que las estrellas siguen siendo humildes puntitos de luz sobre un fondo negro. Es importante, por tanto, tener cierta experiencia visual previa. Las asociaciones y foros pueden prestarnos material de observación o podemos unirnos a alguna de las múltiples jornadas que organizan.

Existe asimismo otro problema adiciónal: la orientación en el cielo. O bien contamos con un presupuesto muy generoso para disponer de un sistema "Goto" (de búsqueda de objetos automático), o debemos tener en cuenta que nos perderemos. Y cuanto menos conocimiento del cielo peor. Nuevamente volvemos al punto anterior. Nuestro mejor aliado serán nuestros ojos y unos prismáticos junto con una carta celeste. Al menos los puntos de referencia básicos -las constelaciones y sus estrellas- debemos conocerlos, y éste proceso sólo ocurre con tiempo y práctica. Personalmente encuentro muy práctico el uso de la tecnologías, pero ahora que estoy empezando a conseguir guiarme "saltando" de estrella en estrella y conociendo cada día un poquito más de cielo me parece fundamental y divertido la observación y la práctica manual. Y desde luego, personalmente, mucho más satisfactorio.

Pero no quiero dejar una imagen negativa, por supuesto. Ni mucho menos. Si nos gusta realmente la astronomía, no podremos más que quedarnos absortos observando la Nebulosa de Orión incluso con un pequeño telescopio, M65 y M66 o Saturno con sus anillos. El campo de conocimiento a nuestra disposición es inmenso, interesante y práctico. No es necesario un gigantesco equipo, con un pequeño telescopio como el que tengo pueden observarse casi todos los objetos de catálogo Messier, nebulosas, galaxias, cúmulos, muchas estrellas dobles (o multiples como Castor), por supuesto planetaria y algunos NGC. Tenemos para estar bastante entretenidos una larga temporada.
- Si además racionalizamos el hecho de estar viendo una nebulosa o un cúmulo de estrellas, y que algunas se encuentran a miles de millones de años luz de nosotros, no podremos más que sentir cierta mezcla de humildad y fascinación por lo que estamos observando -

Adicionalmente, gracias al desarrollo de la fotografía digital (CCD) incluso con telescopios de aficionado, paciencia y contando con ayuda de los que ya han recorrido el camino, podemos obtener imágenes espectaculares. Quizá nuestros ojos no puedan, pero las cámaras sí son capaces de apilar fotones, por muy débiles que sean. Y están al alcance del aficionado, desde nuestra compacta digital a cámaras realmente profesionales. Además de la toma en sí, que refleja una acumulación de detalles y luz que es imposible de alcanzar con visual, tenemos un documento que podremos volver a observar una y otra vez cómodamente desgranando todos sus detalles.

Podemos ver fantásticos ejemplos en los FOROS que aparecen en los Links del blog: AA Hubble, Astroguía, Astrofoto, ASAAF (Madrid) y QCIAG (En inglés)

En resumen. Esta es una afición sin duda fascinante, pero como casi todas las cosas buenas de la vida, hay que llegar a ella con cierto camino recorrido y ser conscientes de que exige algunos sacrificios, paciencia y tiempo.


Imagen del principio: Luna tomada el pasado mes de Enero, con mi pequeño reflector de 114mm f7.8 y una sencilla cámara digital a pulso sobre un objetivo de 20mm. La montura del equipo en la foto no se corresponde con la utilizada. Una EQ3 motorizada en AR.

No hay comentarios: